miércoles, 30 de diciembre de 2015

Estrellas del MoMA y multitudes navideñas


Nueva York, 30 de diciembre de 2015

El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) es un clásico, visita obligada si te gusta el arte moderno, aunque sea un poco. El museo es una instalación en sí mismo y quizá el concepto imitado por muchos otros museos de arte moderno que he visto en otras latitudes. La vedette es, posiblemente, la noche estrellada de Van Gogh, pero hay muchísimo más que ver y disfrutar:

Kandinsky, Picture with an Archer. 1909

Picasso, Head of a Woman. Boisgeloup, 1932

Monet, The Japanese Footbridge. c. 1920-22

Como sucede también en otros museos famosos, la gente se aglomera en torno de algunas pinturas emblemáticas demasiado famosas. Nobleza obliga: en muchos casos, vale la pena.


Van Gogh, The Starry Night. Saint Rémy, June 1889
Párrafo aparte merecen los iPods guía, con una aplicación que permite ir marcando el recorrido, compartir en redes, seleccionar audio guías (algunas pinturas, incluso, tienen explicaciones en español o para niños). Al finalizar, el ipod envía te envía por email el resumen de tu recorrido:


La salida del museo fue complicada. La cantidad de gente que circula por Nueva York en estos días es difícil de describir. Hay tanta gente que en las cercanías del Rockefeller Center la gente se traba en las esquinas y la policía de tránsito da órdenes a los gritos para detener el aluvión humano que no hace caso de los semáforos. Entrar a una tienda como la de Lego requiere unos 50 metros de cola, como mínimo. Ingresar a St. Patrick, es algo temerario también. Difícil imaginar que alguien pueda orar con el bullicio de fondo que contrastaba irreverente con las majestuosas columnas neogóticas de la imponente catedral.

Multitudes en San Paticio
Ante semejante panorama, huimos rumbo a Central Park, pero el frío que sobreviene a la noche tempranera, nos invitó al repliegue.

Anochece en Central Park

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