jueves, 31 de diciembre de 2015

One Met. Many worlds.

Nueva York, 31 de diciembre 2015

Visitar el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York era un pendiente imperdonable, por lo que le reservé un día completo. Como lo anticipa su maravillosa comunicación: "One Met, Many Worlds", el museo es un canto a la creatividad humana que confirma nuestra identidad como especie. Imposible recorrerlo sin reconocernos, sin disfrutarlo, sin emocionarse.


Recorrer el Met de forma completa es agotador, es como que durante recorrido hay que tomar decisiones, hay que elegir. Todo, es imposible. De mi vista general podría destacar algunos ítems:

1) Del mundo Antiguo: la reconstrucción del Templo de Dendur

Ambientación general


Interior del templo

Paredes del tem plo

2) Del mundo Medieval: la ambientación navideña en clave Medieval... y obviamente, los virtreax (maravillosamente iluminados) y un evangelio.

Evangelio

Recreación navideña

Vitreaux
3) Del mundo americano: el tesoro peruano de orfebrería. Impresionante.

Cuchillos ceremoniales

4) Del mundo moderno occidental: Monet y Van Gogh (Ay... ¡pero había tanto más!)


Monet

VanGogh


5) Del mundo musulmán: la belleza de la geometría ¡esos azules...!




6) Del mundo oriental: la sensualidad de la India y la espiritualidad del budismo...


India y la sensualidad 

Templo budista

... habría mucho más para contar, pero cada experiencia es única. Lo maravilloso del Met es que, a diferencia de otros museos, como el Louvre o el Británico, la ambientación tiene un sentido escenográfico como solo los norteamericanos saben concebir. Pero sin robar protagonismo... como una banda de sonido que acompaña sin ensombrecer, pero que logra crear el ambiente propicio para disfrutar de la experiencia artística. Uno sale de ahí como medio emocionado... conmovido, con ganas de volver.



Estuvimos caminando unas cinco horas, casi sin parar. Cuando salimos del museo, cruzamos Central Park, en dirección al edificio Dakota, célebre por haber sido, entre otras cosas, la última residencia de Lennon.



Caminata por Central Park


Así llegamos a Strawberry Fields, el memorial de Lennon al rededor del cual se aglomeran los turistas para tomar fotografías.


Por lo demás, la ciudad parece sitiada. Medidas de seguridad en torno a Time Square donde se concentran multitudes en torno a los festejos de fin de año... no creo que vayamos por allí esta noche. Demasiada gente.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Estrellas del MoMA y multitudes navideñas


Nueva York, 30 de diciembre de 2015

El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) es un clásico, visita obligada si te gusta el arte moderno, aunque sea un poco. El museo es una instalación en sí mismo y quizá el concepto imitado por muchos otros museos de arte moderno que he visto en otras latitudes. La vedette es, posiblemente, la noche estrellada de Van Gogh, pero hay muchísimo más que ver y disfrutar:

Kandinsky, Picture with an Archer. 1909

Picasso, Head of a Woman. Boisgeloup, 1932

Monet, The Japanese Footbridge. c. 1920-22

Como sucede también en otros museos famosos, la gente se aglomera en torno de algunas pinturas emblemáticas demasiado famosas. Nobleza obliga: en muchos casos, vale la pena.


Van Gogh, The Starry Night. Saint Rémy, June 1889
Párrafo aparte merecen los iPods guía, con una aplicación que permite ir marcando el recorrido, compartir en redes, seleccionar audio guías (algunas pinturas, incluso, tienen explicaciones en español o para niños). Al finalizar, el ipod envía te envía por email el resumen de tu recorrido:


La salida del museo fue complicada. La cantidad de gente que circula por Nueva York en estos días es difícil de describir. Hay tanta gente que en las cercanías del Rockefeller Center la gente se traba en las esquinas y la policía de tránsito da órdenes a los gritos para detener el aluvión humano que no hace caso de los semáforos. Entrar a una tienda como la de Lego requiere unos 50 metros de cola, como mínimo. Ingresar a St. Patrick, es algo temerario también. Difícil imaginar que alguien pueda orar con el bullicio de fondo que contrastaba irreverente con las majestuosas columnas neogóticas de la imponente catedral.

Multitudes en San Paticio
Ante semejante panorama, huimos rumbo a Central Park, pero el frío que sobreviene a la noche tempranera, nos invitó al repliegue.

Anochece en Central Park

martes, 29 de diciembre de 2015

De la materia oscura al prisionero 24601

Nueva York, 29 de diciembre de 2015

Hoy comenzamos el día amenazando lluvia. Decidimos arriesgarnos e ir a pie desde el hotel al Museo de Historia Natural, ya que no queda a más de unas 20 cuadras de nuestro hotel. Pero una lluvia nos sorprendió a mitad de camino por lo que nos arrepentimos de no tomar el subway que tiene, incluso, un ingreso desde el subsuelo.

La cantidad de gente en el museo era mucha. Muchísima. Es posible que, en temporada de vacaciones y con lluvia resultara el paseo ideal para todos los niños de paso por la ciudad. Moverse dentro era realmente complicado (especialmente en las salas dedicadas a dinosaurios fósiles) y por lo que la visita resultó bastante agotadora.

Elefantes en la sala dedicada a especies africanas
La entrada al museo tiene diferentes opciones: vista general, visita con un show o pase libre para todos los shows. En nuestro caso optamos por un solo show, en el planetario: "Dark Universe". El show es interesante, muy atractivo visualmente. Presenta la hipótesis de la materia oscura y dura unos 20 minutos con la locución de Neil de Grasse Tyson, director del Hayden Planetarium.

Hayden Planetarium

El museo es enorme, las salas recorren muestras de especies agrupadas por regiones geográficas así como también piezas de antropología ordenadas con un criterio similar. 

Expediciones de Margart Mead en la polinesia

El área dedicada a la geología es muy interesante y es casi la única que ofrece algunos recursos interactivos. En total, le dedicamos  a todo el museo, unas cinco horas.

Sala de geología

Para la noche, el plan fue totalmente diferente. De las ciencias naturales nos mudamos a las luces de Broadway. Vimos Les Miserables, en el Imperial Theatre, con Alfie Boe como Valjean, el prisionero 24601 que se superó a sí mismo en la novela de Victor Hugo. 


Entreacto

Lo disfrutamos mucho ¡fue épico! 
Do you hear the people sing?
Singing the song of angry men?
It is the music of the people
Who will not be slaves again!
When the beating of your heart
Echoes the beating of the drums
There is a life about to start
When tomorrow comes!


Por distintos caminos, un día inspirador para pensar y sentir el valor de a libertad.

lunes, 28 de diciembre de 2015

La costa neoyorquina

New York, 28 de diciembre de 2015

Nos habíamos quedado con las ganas de entrar al Museo del Indio Americano, sobre todo porque vimos que era gratuito y encontrar algo gratuito en Nueva York no es para desaprovechar. Igual, hicimos una visita rápida porque teníamos planes de aprovechar al aire libre el único día que, según estimamos, tendría algo de sol. La inversión de tiempo valió la pena, el museo es muy lindo. Las hermosas piezas delicadamente iluminadas son un valioso tesoro de la culturas indígenas de América, organizadas por regiones en perfectas vitrinas que permiten apreciar desde antiguas cerámicas, estatuillas y atuendos multicolores hasta la más moderna y actual joyería. 




Piezas del Museo de Arte del Indio Americano

Queríamos luego ver más de cerca la Estatua de la Libertad. Una de las opciones era un ferry turístico con desembarco en la Isla de la Libertad. Si bien el costo no era tremendo (unos 18 dólares) la enorme fila de turistas esperando (unos 600 metros sobre Battle Park) nos desanimó. Nos dirigimos entonces al ferry gratuito que conecta regularmente Manhathan con Brooklyn y fue una buena decisión. 
Estatua de la Libertad desde el ferry
Sin costo ni espera tuvimos una buena vista de la Estatua mientras dos barcos de la guardia costera, ametralladora mediante, nos protegían durante todo el trayecto.

Vista de Manhattan

Guardia costera 

De regreso de la breve incursión marítima, fuimos nuevamente a la zona del Memorial del 9/11 que ayer habíamos visto un poco a las apuradas. El ingreso al museo era definitivamente imposible dado que la fila para ingresar era enrome y se enrollaba entre las obras en construcción de las futuras nuevas torres. Así que salimos de la zona en dirección a obtener una buena vista del puente de Brooklyn, cosa que logramos luego de dar unas cuantas vueltas y perdernos un poco.

Puente de Brooklyn

Caminamos luego por la zona de China Town, no muy diferentes a todos los Chinas Towns del mundo, solo que cada vez parece ser más grande y en proceso de expansión. Llegamos así a Little Italy, unas cuadras de Ristorantes. Subway mediante volvimos a Broadway a la zona de los grandes carteles luminosos para llegar luego a Central Park, y descansar un poco mirando gente patinar sobre hielo.

Central Park

Central Park

Hace frío y anochece pronto. El invierno es cosa seria en estas latitudes.

Caminata por Manhattan

Nueva York, 27 de diciembre de 2015

Como ya habíamos hecho otras veces, comenzaríamos la jornada con el tour gratuito de Sandemans. Para eso arrancamos bien temprano llegando, subway mediante para comenzar frente al Museo Nacional del Indio Americano. Nos comentaron que era gratuito y que valía la pena vistar, así que tomamos nota mental.

Museo del Indio Americano
Luego nos digirigimos al Battery Park donde adivinamos las formas de la Estatua de la Libertad cuyas formas adivinamos bajo la bruma. Allí el guía contó las aventuras de su construcción, financiación e inauguración. La moraleja es que nada es fácil.

Estatua de la Libertad desde Battery Park

De allí luego caminamos por el distrito financiero, decorado por navidad, y ahora totalmente peatonal desde que por razones de seguridad se prohibió el acceso de vehículos.



De Wall Street, llegamos la Iglesia de la Trinidad, un contraste extravagante en el corazón de las finanzas mundiales...

Iglesia de la Trinidad
El cementerio aledaño merece párrafo aparte. Es tan "irreal" que, en su contexto, parece una preparado para una producción cinematográfica.

Tumbas junto a la Iglesia de la Trinidad

La caminata continuaba en el memorial del 11S. El monumento me dejó helada. No lo imaginaba así. Es impactante. Por un lado es magnífico y monumental, como tomando revancha del terrorismo. Pero por otro es muy "zen" e invita a la contemplación.

Memorial 11S

La segunda parte del recorrido comenzó con la Grand Central Terminal, la magnífica estación de trenes que recuperó su antiguo esplendor no hace demasiados años.

Grand Central Terminal
El cielo raso reproduciendo las constelaciones reales en el mismo lugar (aunque al parecer con algunos errores) guarda todavía una pequeña marca de la restauración. Por el efecto de décadas de humo de cigarrillos estaba completamente oculta tras capas de contaminación.

Cielo raso de la Estación Central

Grand Central Terminal

Caminando por Park Avenue pasamos por el elegante Waldorf Astoria, que aún cuando ya no es el hotel lujoso y más caro de la ciudad, es el lugar donde un cheff inventó la ensalada Waldorf, un notable aporte a la humidad. En su fachada, la bandera de Italia, daba cuenta de que se encontraba alojándose algún funcionario de ese país.  

Hotel Waldorf Astoria


Por la zona del Rockefeler Center la cantidad de gente era tremenda. Imposible caminar con calma. Llegando a Brodway casi no era posible hacerlo con tranquilidad. La hermosa decoración navideña y el lujo de los cristales de Swarowsky se opacaban con tanta aglomeración humana.

Réplica de la estrella del árbol (cristal Swarosky)






La caminata continuó hacia la zona de Bryant Park, un hermoso parque público 100% financiado con fondos privados. Y también las las famosas torres de los Edificios Chrysler y el Empire State iluminadas.

Edificio Chrysler

Empire State

El recorrido finalizó en la imponente bibliotecta pública de Nueva York, que nos recordó, entre risas, el inverosímil final de "El día después de mañana".

Biblioteca Pública de Nueva York

Y de allí, caminamos rumbo al hotel, agotados. Intenso primer día.